
Marikarmen es tabernera de profesión y pescadora de pulpos por pasión.
A sus 73 años, sigue bajando la montaña en cada marea baja para dedicarse a lo que más le gusta. Es una de las dos mujeres pescadoras de la zona y mantiene su entusiasmo como el primer día.


Marikarmen vive en Elorriaga, un pequeño pueblo en la costa de Guipúzkoa, donde viven 25 personas. Allí ha transcurrido la mayor parte de su vida, trabajando como tabernera en el único bar del pueblo y disfrutando de la belleza de las montañas y el mar.
Recuerda los días de bonanza, cuando los pulpos y lapas eran tan abundantes que se cansaban de comerlo en todas sus formas: “cocido, deshidratado ¡Hasta 8 pulpos podían sacar en una mañana! Pero ahora, al ser esto parque natural, solo se permite un pulpo por persona, y lo entiendo”….
Nostálgica de cuando pescaba con su marido, admite que ya no atrapa mucho. Pero no se rinde: baja todos los días monte abajo, 45 minutos de pura felicidad con su gancho de hierro y sus catiuscas, disfrutando de cada paso….















Para ella, su pueblo es el paraíso. “Un día, un señor me preguntó si no me iría a otro sitio, a Benidorm, ¡ni aunque me paguen! “ Le dije.
Días antes me avisó de que las condiciones eran ideales para ir a la playa a intentar pescar, ya que había mareas vivas y apenas habría viento por la mañana.
Cogió su gancho de hierro, su mochila y su bastón, y juntas descendimos atravesando los bosques y los prados llenos de ovejas y burros hasta llegar a la playa.
Mientras buscaba, me explicó que los pulpos suelen hacer sus hogares en cuevas que marcan con piedras rojizas.












Ese día no pescó nada y volvimos montaña arriba hasta su casa, disfrutando del silencio del lugar. Marikarmen quiso compartir conmigo recuerdos, fotos e historias de los tiempos dorados, cuando ella y su marido todavía pescaban juntos y la vida marina era más abundante.
Eskerrikasko Marikarmen

