¿.Qué impacto tiene en las comunidades pesqueras de otras zonas del planeta que en occidente tengamos un sashimi de atún fresco a solo una llamada a un takeaway cualquier dia del año?
¿Qué impacto tiene en estas comunidades el hecho de que las grandes superficies ofrezcan todo tipo de pescado fresco todos los días del año?
 Decidimos poner rumbo a CaboVerde para aprender de los pescadores locales, ya que la mayor parte de las comunidades viven de la pesca sostenible. 
Aunque la pesca ha disminuido cuantitativamente las ultimas décadas, queríamos descubrir si los convenios pesqueros entre Cabo Verde y otros países ( China, Europa,...) siguen dejando margen para que las comunidades locales sigan ganándose la vida con la pesca sostenible. 
En países como Senegal, debido a la plaga de barcos pesqueros Europeos en sus aguas, la mayor parte de su población se ha visto forzada a migrar. 

nelson,
la pesca de fondo
Después de un par de días de viaje, llegamos a Tarrafal, un idílico pueblo de pescadores al socaire en una paradisíaca playa de arena negra. Hambrientos, paramos a comer en una pequeña cabaña de madera enfrente del mar, y ahí conocimos a Nelson, un hombre de 39 años, local y pescador toda su vida. 
Nelson nos contó que en Tarrafal viven de la pesca y de la agricultura. El, como todos los hombres del pueblo es pescador y las mujeres se encargan de cocinar y cuidar la casa. 
"La pesca es nuestra vida y sin pesca, nos moriríamos de hambre y tendríamos que migrar. Pescamos para vivir.
En Tarrafal y Cabo Verde hay mucho pescado, mucho, mucho. La mayoría lo comemos aquí pero cuando necesitamos más dinero lo acercamos a Mindelo, una de las capitales del país, para venderlo. 
Siempre vamos a tener compradores ya que la multinacional española Frescomar esta aquí, y exporta a toda Europa. "
A diferencia de otros países como Senegal, apenas hay barcos de multinacionales extranjeras en estas aguas, a veces hay chinos pescando tiburón pero todo es para ellos aquí. 
"Hace 3 años empezó a pasar como en Senegal, Llegaron muchos barcos de otros países y notamos la caída de la pesca." 
Nos contó que se reunieron pescadores de varias islas y reclamaron al gobierno que detuviese la concesión de acuerdos. Gracias a ese movimiento, pueden seguir viviendo de ello. ​​​​​​​

Nelson nos sacó a pescar junto con su capitán. Fue el primero en enseñarnos una de las técnicas de pesca más comunes en Cabo Verde. La pesca de fondo para pescar garopa, el pez por excelencia de este lugar. Es un pez de fondo que aunque no muy grande, es uno de los más ricos para comer. Subidos a una pequeña barca de madera, navegamos cerca de la costa y al llegar a un lugar idílico de agua cristalina debajo de la cima de unos de los volcanes más altos de Cabo Verde, empezamos a lanzar. Natxo iba totalmente emocionado y preparado con su caña y sus señuelos. Sin embargo, con un material mucho más austero ( una pita, un anzuelo y trozos de de pez crudo) consiguieron sacar mucho más peces.
Nelson nos preparó una pita a cada uno, con un par de anzuelos y trozos de atun crudo. No tardaron más de un minuto en picarnos.
Sacamos deceneas de garopas y otros peces de roca. Tambien tuvimos la oportunidad de sacar alguna morena, que según Nelson y su capitán, están deliciosas. 
Después de varias horas pescando, volvimos a la playa con un cubo lleno de peces, donde, junto con otros pescadores, limpiaríamos todos los peces recién pescados. Nelson tenía una técnica pulida que nos enseñó. 
Limpiaron todos los peces en cuestión de minutos y Nelson se los dio a su cuñada para que nos preparase un manjar.
manuel 
con su caña de bambú
En la siguiente isla conocimos a Manuel, quien nos enseñó otra técnica de pesca, desde tierra y utilizando bambu a modo de caña.
Un día que Natxo y yo estábamos lanzando la caña desde tierra, vimos a Manuel caminando entre las rocas y buscando cangrejos. Manuel se acercaba todas las mañanas a este lugar a pescar junto con su hermano. Son de un pueblo llamado Praia blanca y caminan cada día varias horas para pescar y poder comer y vender. 
En este caso, Manuel no pescaba con la mano sino con una caña , a la que le enganchaba un pita, un par de anzuelos y un plomo para que se hundiese. Ademas, usaban cangrejo a modo de cebo.
La técnica de Manuel y sus hermano me recordó a la de los percebeiros en Galicia. Se acercaban a las zonas de corriente donde impactaban las olas en las piedras y ahí lazaban la caña. En cuanto sentían un ligero tirón , tiraban y sacaban al pez.
Ponian todos los peces en una lanza para poder llevarlos de vuelta a casa. 
HAMILTON,
 el manejo de la pita
Con todo lo aprendido de Manuel, esa misma tarde, compramos todo el material necesario ( anzuelos y plomo) y fuimos a la playa al atardecer a ponerlo en práctica. En nuestro camino conocimos a Hamilton, un joven pero muy experimentado pescador. Apareció con su cubo blanco donde llevaba su material así como un pez crudo que usaríamos como carnada. 

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Hamilton no usaba caña, simplemente su mano y manejaba a la perfección la técnica de la pita y el plomo. Lanzaba y recogía de manera suave y elegante. 
Lanzamos un par de veces desde la playa y sacamos pezqueñines que devolvimos al mar. Desde las rocas y usando el plomo y el cebo que Hamilton  recomendó, conseguimos sacar un par de peces mas grandes.
marcial 
 la gran dorada y la última cena
Antes de volver a casa, paramos en Sao Pedro,  un pequeño pueblo de pescadores donde ya notan la escasez del pescado y el impacto del turismo .
Para finalizar el mes de aprendizaje  queríamos retarnos y salir a pescar un pez mas grande. Cada mañana, los pescadores salen a la mar con sus redes. Dedican unas 9 horas a pescar y regresan a la playa donde desembarcan la pesca del dia. Guardan parte del pescado para comer, y otro lo meten en cajas, lo suben a camionetas públicas y lo lleva a la capital, a escasos 10 minutos del pueblo. Ahí lo venden en en el mercado de Mindelo. Los hombres son los encargados de salir a pescar y las mujeres, las encargadas de la venta.

Amanecimos a las 6.00 am y bajamos a la playa para ver si algún pescador nos llevaba en su barco. Vimos como pescaban atun , doradas, esmoregal, y queríamos culminar nuestro aprendizaje saliendo con algún pecador de la zona para ver como pescaban estos peces más grandes
Después de hablar con varias personas del pueblo, y esperar y esperar y esperar.... conocimos a Marcial, alías Ruso,  el mejor pescador del pueblo y uno de los más experimentados de la zona. 
Marcial llevaba toda su vida pescando y se había recorrido toda la costa africana trabajando a bordo  de buques de pesca españoles.

natxo, emocionado, prepara su material subido al barco de ruso.


Ruso preparó el motor, la gasolina y el cebo y pusimos rumbo a la mar.  Ruso, como el resto, no pescaba con caña, siempre ha pescado a mano y es lo que disfruta haciendo, dice que sientes mas el pescado y es mas bonito. Sus mano estaban llenas de cicatrizes de la rozadura de la pita. Ademas, como cebo, también usaba pescado crudo.
Salimos muy cerca de la costa y Natxo pescó la primera dorada, después de 10 minutos luchando contra ella conseguimos subirla al barco. 
Ruso nos contó que aunque aquí hay más peces que en Europa, el número de peces ha disminuido significativamente, antes salían a a escasos metros y pescaban atunes gigantes, ahora si pescas uno ya es muchísima suerte. "Cada vez hay menos pescado y con lo cual hay menos trabajo"

Después de varias horas navegando nos encontramos con su hijo  quien estaba haciendo pesca submarina. Subió al barco y nos enseñó la cantidad de peces que había pescado. Tenía unos 30 años y pescar es su pasión. Ahora estaba de vacaciones visitando a su familia ya que la mayoría del año vive en Madeira y pesca a bordo de buques españoles. Tuvo la suerte de irse a vivir a Lisboa con su tía y ahí consiguió este trabajo. Esta muy conectado con el mar y le encanta su trabajo. Nos confesó que si los barcos pesqueros grandes siguen pescando a esas cantidades , cree que el mar se quedará sin peces en 10 años. 
El se tuvo que marchar de su pueblo porque, debido a a la disminución de los peces, ya no hay trabajo. 
Antes de volver a la playa, pescamos un par de barracudas y un esmoregal. Ruso nos invitó a comer a su casa para celebrar. El pescado que no comimos, lo llevó su hijo al mercado para poder venderlo. 
En la casa familiar conocimos a su mujer, María, quien nos cocinó uno de los platos más buenos que he probado en mi vida. Mientras, Ruso compartía sus experiencias de pesca y su visión sobre cómo las nuevas dinámicas de pesca han cambiado su vida y la de su pueblo.
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